Hablamos con Víctor Valdés 5 años después de la lesión que cambió su carrera
Hace exactamente 5 años desde que Víctor Valdés jugó su último partido con el F.C. Barcelona cuando, con su contrato a punto de finalizar, fue a parar una falta y en un mal movimiento se rompió el ligamento cruzado.
En ese instante, la incertidumbre se adueñó de su futuro y ante su carrera se presentó un periodo de vacío en el que todos los esfuerzos se concentraban en una recuperación. Había rumores de que podría fichar por el Mónaco, pero pronto se esfumaron. Se mudó a Alemania para pasar su larga rehabilitación en soledad. Quería que le dejasen tranquilo y, años después, lo reconoce: “fue una etapa muy dura por mi cabezonería”.
El que fuera portero del Barça siempre ha sido un hombre de pocas palabras, pero mirando su experiencia con perspectiva reconoce que de esa noche lo único que recuerda es un crujido, y que la noche era muy fría, pero no ha querido hablar mucho sobre el tema.
Ahora vive en Madrid, y es feliz entrenando al Juvenil A de la Escuela Deportiva de Moratalaz, un mundo nuevo en el que ha salido de la portería. Reconoce que echa de menos el ambiente del vestuario, en el que veía a los que ya habían pasado de ser compañeros para convertirse en amigos, pero se siente muy tranquilo fuera de la presión mediática a la que estaba sometido.
Ahora, quiere ser entrenador, esta es su meta, aunque su amor por el fútbol no ha cambiado: “A veces es difícil, otras no tanto, pero sobre todo es pasión, y eso no lo he perdido”.